Podemos servir a Jesús sirviendo a otros.
Mientras Jesús compartía su última cena en la Tierra con sus discípulos, de pronto, se levantó de la mesa.
Se envolvió una toalla alrededor de su cintura y se puso a lavar los pies de sus amigos. Algunos de ellos le permitieron hacerlo, pero Pedro se resistió.
Jesús explicó que si él, como Señor y Maestro, lavó los pies de sus discípulos, también ellos deberían lavarse los pies unos a otros. Jesús quiso dar a sus seguidores una muestra de servicio –una forma de expresar amor a Dios.
Jesús dio una pauta simple a seguir: Servir a otros. Servir puede padecer tedioso –poner la mesa, hacer la cama, sacar la basura, por decir algunos ejemplos.
El servicio no es del todo atractivo. Ayudar a personas mayores de edad a comer, leer cuentos a los más pequeños, y servir sopa en un asilo para los desamparados, no parecen cosas grandes para hacer para Dios. ¡Pero lo son!
Este estudio ayudará a los niños a darse cuenta que mientras servimos a otros, también estamos sirviendo a Dios.