Nicodemo, un maestro estricto de la ley, se acercó a Jesús con la intención de dialogar. Estaba dispuesto a poner las cartas sobre la mesa.
Su pregunta "¿Cómo puede un hombre viejo volver a nacer?", pone en evidencia la intriga que le generaba esta conversación tan extraordinaria con el Maestro.
La respuesta de Jesús lo dejó totalmente maravillado: "El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu".
No sabemos si Nicodemo se volvió creyente en Jesucristo en aquel mismo instante, pero definitivamente se fue del lugar con la sensación de haber encontrado a alguien único y especial.