¡Para enseñar la biblia, hay que estudiarla!
La manera más efectiva de estudiar la Biblia es leer las Escrituras capítulo por capítulo, versículo por versículo, y palabra por palabra –todos los 66 libros.
No estoy diciendo que lo hagas todo de una sola vez, aunque algunos lo han hecho. Pero para que tengas una idea, para leer la Biblia completa en un período de 9 a 10 meses, necesitas, como mínimo, leer cuatro capítulos diarios en forma sistemática.
Muchas Biblias tienen un plan de lectura en la parte posterior que te puede ayudar a organizarte. Es triste que muchos en el pueblo de Dios nunca han leído la Biblia en su totalidad, ni siquiera una vez.
Claramente, podemos sacarle mucho provecho a este tipo de estudio. Por un lado, obtenemos un punto de vista completo y balanceado de las Escrituras; y por el otro, nos ayuda a evitar el problema común de ser un cristiano que solo repite lo que oyó decir a otros.
Un plan de lectura organizado
Yo sugiero un plan sencillo. Consiste en continuar cada día la lectura donde terminaste el día anterior. Algunos prefieren leer todo de una vez, capítulo por capítulo. Otros siguen el programa de lectura de su iglesia local. Si todavía estás buscando un plan de lectura organizado para seguir, permíteme sugerir el siguiente:
- Domingo: Lee cualquier porción que están leyendo en tu iglesia.
- Lunes: Lee los libros de la Ley (Génesis a Deuteronomio)
- Martes: Lee los libros Históricos (Josué a Ester)
- Miércoles: Lee los libros Poéticos (Job a Cantar de los Cantares)
- Jueves: Lee los libros Proféticos (Isaías a Malquías)
- Viernes: Lee los Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas, Juan)
- Sábado: Lee el resto del Nuevo Testamento (Hechos a Apocalipsis)
Usando este método, puedes leer continuamente a través de la Biblia, cubriendo cuanto terreno tu desees, ya sea leyendo porciones cortas o extensas.
Coloca un marcador en el lugar que te detengas y retoma la lectura de nuevo la semana siguiente en el mismo día de la semana correspondiente a ese libro. Esto te permitirá tener variedad en tu lectura bíblica para mantenerte entusiasmado y anhelando la próxima sesión de lectura.
Nota adicional
Mientras lees la palabra escrita, el Espíritu Santo, quien es tu maestro celestial, abrirá tus oídos espirituales, para que también puedas escuchar su palabra hablada. Su voz, suave pero definida, es fundamental para entender las Escrituras.
Pablo, apóstol de Jesucristo, oró por todos los miembros del cuerpo de Cristo, diciendo: "Que el Dios del Señor nuestro, Jesús, el Cristo, el Padre de gloria, les dé Espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él; alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepan cuál sea la esperanza de su llamado, y cuáles sean las riquezas de la gloria de su herencia en los santos". (Efesios 1:17-18).