Siempre podemos confiar en Jesús.
Jesús estaba durmiendo profundamente. Acababa de terminar una gira donde había hablado muy intensamente y había sanado a muchas personas enfermas y heridas emocionalmente.
Después de pasar todo el día enseñando a las multitudes en las colinas cerca del Mar de Galilea, Jesús y sus discípulos subieron a su barca para cruzar el lago.
Jesús aprovechó la oportunidad para descansar. De pronto, se desató un viento fuerte sobre el lago. Las olas chocaban sobre la pequeña barca, llenándola de agua casi instantáneamente.
Los discípulos estaban aterrorizados. Parecían haber olvidado todos los milagros increíbles que habían visto hacer a Jesús.
Temerosos de ahogarse, despertaron a Jesús, implorándole su ayuda. Jesús se levantó y dio una orden al viento y a las olas para que se aquietaran.
Luego Jesús se dirigió a sus discípulos, y les preguntó: “¿Por qué están tan asustados? ¿Todavía no tienen fe?”
Al igual que los discípulos, cuando nuestras vidas se vuelven tormentosas, tendemos a olvidar las veces que Jesús ha estado a nuestro lado, ayudándonos.
Esta lección ayudará a los chicos a confiar en Jesús y les hará recordar que ellos siempre pueden confiar en él.