Podemos aprender sobre Dios.
Muy poco está escrito en la Biblia sobre la niñez de Jesús. Pero Dios incluyó justo lo que él quería que supiéramos.
El viaje a Jerusalén cuando Jesús tenía doce años de edad revela el amor y el celo de este jovencito por su Padre Celestial.
Vemos en este pasaje su gran deseo de estar en un lugar donde la gente estaba aprendiendo y creciendo en el conocimiento de Dios.
Y vemos la sabiduría que Jesús mostró mientras asombraba a los sacerdotes del Templo con su conocimiento sobre Dios.
Jesús fue obediente a sus padres; creció en sabiduría (mentalmente), en estatura (físicamente), y en gracia para con Dios (espiritualmente) y los hombres (socialmente).
Jesús es siempre nuestro ejemplo.
A menudo miramos solamente su vida como adulto, pero su ejemplo como niño demuestra que continuamente deberíamos buscar más a Dios y crecer en su conocimiento.
Muchos de los chicos que llegan a tercer grado han desarrollado intereses y adquirido conocimiento sobre la cosas que los apasiona.
Pero ellos pueden percibir que las cosas de Dios son difíciles de comprender y, por lo tanto son solamente para los adultos.
Use esta lección para despertar su deseo de conocer a Dios. Mirando el ejemplo de Jesús, sus alumnos aprenderán que Dios quiere que ellos aprendan y crezcan en el conocimiento de él.